martes, 5 de mayo de 2015

HACIA EL SUEÑO DE LO POSIBLE: el peruanismo de Roland Forgues



El socialismo en el Perú es un difícil encuentro entre el pasado y el futuro. Este es un país antiguo. Es necesario redescubrir las tradiciones más lejanas, pero para encontrarlas hay que pensar desde del futuro. No repetirlas. Al contrario. Encontrar nuevos caminos. Perder el temor al futuro. Renovar el estilo de pensar y actuar. Lo que resulta quizá imposible sin una ruptura con esos izquierdistas excesivamente ansiosos del poder, apenas interesados en lo que realmente sucede. 
 Alberto FLORES GALINDO[1]
                                                                                   I
Se dice que peruanista es aquella persona que sin ser oriunda del Perú, tiene una especial y probada admiración por su cultura. Así tenemos muchos destacados intelectuales que, sin ser peruanos, han contribuido a un mejor conocimiento de nuestra compleja realidad y sus más ricas expresiones culturales. Dentro de ellos, desde la década del 70, pasando por los momentos más críticos de nuestra historia, las décadas del 80 y del 90[2], Roland Forgues, continúa su trabajo de estudioso, riguroso y apasionado, de las principales expresiones de la literatura y el pensamiento social peruano.

Sus mayores contribuciones, desde mi punto de vista, el de un sociólogo con estudios de ciencia política, descontados sus trabajos sobre la poesía y narrativa peruana, rescatando lo que en este campo han hecho escritores de provincias, hombres y mujeres, son sus estudios sobre José María Arguedas y José Carlos Mariátegui, dos de los tres pensadores más importantes del siglo XX en el Perú. El tercero es, sin duda Cesar Vallejo, sobre el cual también ha escrito Roland Forgues[3].
    
Por ello, ha merecido el reconocimiento del mundo académico que sigue con expectativa el análisis, siempre crítico e innovador, que viene haciendo de otros destacados personajes de nuestra literatura como en el caso, entre otros, de Mario Vargas Llosa. Sin embargo, su peruanismo, no reside solamente en el hecho de haberse ocupado y seguir estudiando, con especial rigor y la mayor objetividad posible, las obras o el pensamiento que fluye del examen de los escritores más representativos de las diversas expresiones de la cultura y la sociedad peruana, incluido su valioso pensamiento social.

Su peruanismo tiene mucho que ver con el modo como a través de estos estudios, promociona el análisis y el debate de la rica vena literaria del Perú, pero también de los problemas centrales de la sociedad peruana, de sus personajes y actores sociales, en diferentes momentos de su historia y por supuesto en la actualidad. 

En esto último cabe destacar su especial destreza para entrevistar a personajes del mundo académico y político del país penetrando en el espíritu de las tendencias que representan el gran espectro social y político del país[4]. La vieja y nueva izquierda, los políticos en sus diversas vertientes, incluidos los diversos matices de la derecha y la izquierda pasando por los que se ubican en el centro.

En efecto, tomando como base la violencia que, sobre todo en las décadas del 80 y 90 azotó el país, junto con la más grave crisis económica y moral nunca vista en el país, pudo obtener las distintas visiones que se tenía sobre la violencia, el terrorismo, la violación de los derechos humanos, el papel de los diversos partidos políticos, la suerte de los campesinos –los más golpeados- etc. y lo que, extraído de lo más profundo de sus almas, planteaban los sectores de izquierda y derecha sobre el futuro del país.

En ese trabajo y en otros igualmente importantes[5] nos demuestra un peruanismo que no se queda en la admiración y el estudio de la cultura y la realidad peruana. Su peruanismo es una búsqueda permanente de un camino que deje atrás los bloqueos que impiden una alternativa democrática, a la vez socialista, a los graves problemas del país en un escenario político dominado por el capitalismo salvaje, léase neoliberalismo, frente al derrumbe del socialismo real.

En este sentido su peruanismo no es ecléctico y lo confiesa. Si bien lo había impresionado tempranamente la poesía de Vallejo y, asimismo, la forma en que Arguedas recrea el mundo tradicional, mágico y religioso de los pueblos andinos, labrando su vocación peruanista, lo que va a guiar y dar sentido a su trabajo es lo que leyó de Mariátegui en medio de la revolución de mayo de 1968 en Francia.

En efecto, rememorando, las consignas y cánticos de ese movimiento del que participó, Roland Forgues afirma que lo sedujeron e hizo suyas “estas palabras que José Carlos Mariátegui ponía de realce en la “Advertencia” de sus Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana”:

Otra vez repito que no soy un crítico imparcial y objetivo. Mis juicios se nutren de lis ideales, de mis sentimientos, de mis pasiones. Tengo una declarada y enérgica ambición: la de concurrir a la creación del socialismo peruano. Estoy lo más lejos posible de la técnica profesoral y del espíritu universitario[6].

Así, siguiendo la tradición histórica de la revolución francesa y el espíritu del socialismo representado por el Amauta, su examen o estudio de la cultura peruana, de su especial y compleja diversidad, lo conduce a plantear la necesidad de renovar no solo la democracia, sino también el espíritu del socialismo, único modo de lograr unas sociedad igualitaria que, unida dentro de la diversidad y pluralidad cultural, asimile los derechos y libertades individuales y colectivas ya conquistadas universalmente.  
  
                                                                       II

En síntesis, lo que quiero decir es que el peruanismo de Roland Forgues no reside solamente en haberse ocupado con especial interés al estudio de lo más representativo de nuestra literatura y pensamiento social, sino que; impresionado por la obra poética de Vallejo, influenciado por la especial narrativa de Arguedas y seducido por la dialéctica de Mariátegui, convirtió todo ello en una forma de enfocar y descifrar lo que hay detrás de la obra poética y narrativa del Perú, de la riqueza de su pensamiento social, incorporando una visión renovada del marxismo que tiene su origen  en el pensamiento del Amauta.  

No creo equivocarme, cuando al revisar algunos de sus trabajos, sobre todo los más asociados a lo social, no falta una poesía o la referencia a algún narrador[7], cuestión que se asemeja mucho al trabajo de Arguedas[8] y que le permite sacar a la luz, tras las intrincadas relaciones sociales, las ricas manifestaciones del espíritu individual y colectivo que encierra toda cultura. ¿Cómo conocer el mundo andino, el amazónico, el afroperuano, el llamado criollo, si no tratamos de comprender lo que nos transmiten sus canciones, sus poemas, su narrativa, sus tradiciones y costumbres?

Es gracias o en virtud de esta visión dialéctica, renovada bajo la influencia de José Carlos Mariátegui, que Roland Forgues ha logrado aportar al mejor conocimiento de la obra  literaria del país en sus distintas y ricas vertientes, entregándonos, a su vez, una visión completa y renovada de la narrativa y, sin duda también, un conocimiento innovador que dentro del marxismo indoamericano, ajeno al dogmatismo y a los restos del positivismo, contribuye a retomar esa vía por la cual el socialismo en el Perú “no puede ser ni calco ni copia”[9].

Esto creo es otro elemento fundamental de su peruanismo y un aporte creativo para estudiar dialécticamente, bajo un marxismo renovado, nuestra realidad, recreando, a su vez, la utopía socialista de Mariátegui, “más cerca de la realidad de hoy, menos ideologizada”[10].

Estoy convencido –dice Roland Forgues-  de que más allá de sus invalorables e irrenunciables aportes al análisis de la realidad peruana y latinoamericana, Mariátegui constituye también a escala mundial el mejor antídoto contra el desencanto y la frustración que nos han traído los sucesos de Europa del Este; ya la relectura de su obra premonitoria, tal vez nos ofrezca la última gran oportunidad histórica de reactivar la idea de la construcción de un socialismo humanista y democrático, única muralla contra la exclusión, la tentación nacionalista o totalitaria, la aventura populista o fascista[11].

III

Al reconocer el particular peruanismo que distingue a Roland Forgues, no puedo omitir el hecho de que su trabajo, estrechamente vinculado al esfuerzo que ha hecho por conocer la literatura y cultura hispanoamericana, ha tratado de encontrar aquellas cuestiones que, históricamente, vinculan a los pueblos de esta parte del mundo[12], en especial lo que denomina como encuentros y desencuentros entre occidente, el mundo europeo, y los pueblos de lo que hoy se conoce como Hispanoamérica. 

En ese trabajo y otro, cuyo título no recuerdo[13], destaca cómo, después de la conquista e inclusive de los procesos independentistas, no ha logrado superarse el enfrentamiento y las relaciones de dominio entre quienes representan la cultura occidental, capitalista y quienes tratando de preservar su cultura libran una constante lucha por no ser ajenos a la construcción de una nación donde las diferencias culturales no constituyan sinónimo de discriminación, de desigualdad o exclusión como ocurre en el caso peruano con las comunidades andinas y las comunidades nativas de la selva.

En el análisis de esta problemática, estudiando a Arguedas y Mariátegui, Roland Forgues pone especial énfasis en la tesis del mestizaje cultural según la cual el encuentro entre lo occidental- capitalista y la cultura indígena debe dar lugar a una fusión en la que aprovechando ambas culturas sus saberes y valores puedan finalmente unificarse, en condiciones de igualdad y, sin pérdida de su identidad, en una sola nación.

En este marco, considero que el peruanismo de Roland Forgues nos muestra lo que ha aportado y aún puede aportar la cultura occidental en relación con el espíritu libertario de la revolución francesa y el igualitarismo marxista, pero también, dicho sea de paso, nos demuestra, basado principalmente en sus estudios sobre el pensamiento de Arguedas y de Mariátegui, que el mayor aporte que ha podido dar y sigue dando la cultura tradicional indígena son sus diversas manifestaciones de “socialismo práctico”[14] donde los intereses individuales y colectivos – parcela familiar, ayuda mutua y trabajo comunal- siguen siendo una fuente importante de una nueva y renovada utopía socialista.




    


[1] “El Sueño de lo Posible” - Carta abierta de Flores Galindo a sus amigos fechada en agosto de 1989). El texto íntegro es reproducido por Roland FORGUES como epílogo de su libro Perú. Entre el desafío de la violencia y el sueño de lo posible. Lima. Minerva.1993. Págs. 371-372.
[2] Véase: FORGUES, Roland. Libro de los Manantiales-Diario de Viaje de los Pirineos a los Andes. Lima. San Marcos.2006. Págs.13-34.
[3] No he leído a Vallejo, aunque aún recuerdo que en el Colegio nos hacían aprender de memoria, su poema más conocido, los Heraldos Negros. Sin embargo, no puedo dejar de anotar que la gran impresión y admiración que siente Roland Forgues sobre la obra de Cesar Vallejo lo llevó a criticar dura, radical pero objetivamente, a la editorial parisina que publicó y tradujo al francés la obra poética del vate peruano. Así, contrastando la traducción francesa de lo que realmente decía Vallejo en su idioma, el español, Roland Forgues encuentra tales errores que, comparando la labor de otro mal traductor, sostiene lo siguiente: A todo aquel que conozca, aunque incompletamente, y admire la obra poética de Cesar Vallejo, la lectura de la versión francesa de su poesía completa no podrá dejarle de provocar cierto malestar. Porque, en el fondo, la traducción de Gérard de Cortanze resulta ser muchas veces a imagen y semejanza de la de aquel traductor (¿?) que tradujo el famoso latinajo Res non verba (´hechos no palabras`) por la “vaca no habla”.  Ídem.Pág.275.
[4] En la larga lista de entrevistados figuran, entre otros, el expresidente Fernando Belaúnde y el presidente en ejercicio, en ese entonces, Albert o Fujimori, entre los políticos Lourdes Flores, Manuel Dammert, Héctor Béjar, Henry Pease, Carlos Malpica, Ricardo Letts, académicos distinguidos como Carlos I. Degregori, Aníbal Quijano etc.  Véase: FORGUES, Roland. Perú, Entre el Desafío de la Violencia y el Sueño de lo Posible. Lima.Minerva.1993.
[5] Véanse sus trabajos, José María Arguedas, del pensamiento dialéctico al pensamiento trágico, historia de una Utopía, Lima. Horizonte.1989 y Mariátegui. La Utopía Realizable. Lima. Amauta 1995.
[6] FORGUES, R. Óp. cit. Pág.14.    
[7] Así pasa, por ejemplo, en Mariátegui. La Utopía Realizable donde Roland Forgues, a propósito de la cuestión negra, reproduce parte de un canto de Martín Fierro, el personaje del escritor argentino Gamarra, para destacar enseguida las diferencias que existían entre la concepción de Mariátegui sobre esta materia y la que tenía este autor y Sarmiento. La copla que reproduce Roland en la pág. 98 dice:  
“A los blancos hizo Dios;
a los mulatos , San Pedro;
a los negros hizo el diablo
para tizón del infierno”    
[8] Cabe recordar que una de las cuestiones que llamó la atención en el estilo de exposición de sus trabajos fue el modo en que combinó lo antropológico con lo literario de modo tal que, por ejemplo, al revisar su tesis doctoral sobre “Las Comunidades de España y el Perú, nos encontramos con que mientras daba cuenta de sus hallazgos en el terreno de la historia o de los resultados del trabajo de campo,  a su vez, traía a colación canciones, poemas, cuentos etc. que ilustraban los parecidos culturales y luego la diferencias que había entre las comunidades de España y el Perú. 
[9] Es importante el trabajo que hace Roland Forgues para encontrar en “Defensa del Marxismo” y otros trabajos fundamentales de Mariátegui, el modo como defiende las particularidades de nuestra realidad y su proyecto histórico y socialista evitando la visión dogmática, mecanicista, etc., con la que se pretendía en ese entonces, captar la realidad peruana en la perspectiva del socialismo. Véase: Mariátegui. La utopía Realizable. Lima. Amauta 1995
[10] No he encontrado adonde pertenecen estas palabras, pero tengo la seguridad de haberlas leído en algún trabajo de Roland Forgues o escuchado en alguna de sus conferencias.
[11] FORGUES, Roland. 1995. Mariátegui. La Utopía Realizable. Lima. Amauta S.A. Pág. 11.
[12] En un libro que empieza con un estudio introductorio sobre la formación de las naciones de centro y Sudamérica, planteando la problemática del encuentro y desencuentro entre las civilizaciones y culturas de Europa y de esta parte del continente Americano, Roland FORGUES reúne 16 ensayos correspondientes a destacados escritores de México, Guatemala, Argentina, Paraguay, Colombia, Nicaragua, Perú, Chile y Cuba. Véase: FORGUES, Roland. Palabra en el Viento. Ensayos sobre Nación e Identidad en América Latina. París. Mare & Martin. 2004.
[13] FORGUES, Roland (Editor). Europa- América Latina al Alba del Tercer Milenio. Miradas Cruzadas. San Marcos. Lima. 2001. 
[14] Véase: FLORES GALINDO, Alberto. La Agonía de Mariátegui. La polémica con la Komintern. DESCO. 1980. Sobre todo el capítulo II donde documenta y revela el modo en que, a partir del estudio del Incanato y la evolución del ayllu, transformado en comunidades desde la Colonia y de la lucha de las comunidades,  Mariátegui define las especificidades del marxismo y el socialismo en el Perú.

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