A patir de aquí son mis últimas reflexiones sobre la tesis del dualismo en José Carlos Mariátegui. Estoy convencido que esto sigue siendo una clave fundamental en la comprensión de la realidad actual, de su historia y las posibilidades de su futuro. Revisadas estas últimas reflexiones y las que publicara anteriormente, previaas las correccciones pertinentes, pasaré a editar un libro esta tesis, fundamenatl en la interpretaciòn de la realidad peruana.
GRACIAS ROLAND FORGUES
I El Dualismo, nuestro mayor problema histórico
Desde marzo del 2017
a febrero de 2018 he publicado en mi blog “Cátedra Libre de Sociología,
Política y Derecho”[i]
una serie de reflexiones que, suscitadas por el libro de Roland Forgues, “Perú,
entre el Desafío de la Violencia y el Sueño de los Posible” han tenido por
objeto razonar sobre aquellas “claves” que nos permitan comprender la realidad
peruana de hoy y en particular las circunstancias que condujeron a la “mayor crisis de nuestra historia” entre
las décadas del 80 y parte de los 90, etapa en cual y a nivel mundial se
experimentaba la ineficacia de los proyectos neoliberales y, asimismo, el
derrumbe del “socialismo realmente existente”[ii].
Por cierto, la
crisis del Perú en ese entonces no era ajena al escenario internacional. Las fórmulas
liberales, inclusive populistas, habían fracasado en resolver la crisis
económica que se agudizó en la década del 80 y , en el caso de la izquierda
socialista, esta no habían logrado asimilar positivamente el derrumbe de los
regímenes socialistas en Europa del Este y, menos aún, retomar el camino que
había construido Mariátegui y también José María Arguedas[iii]
en la construcción del socialismo peruano.
Dicho esto, mis
primeras reflexiones, teniendo como fuente principal las diversas entrevistas
que sobre la realidad peruana, su historia y su futuro, hizo Roland Forgues en
el libro ya citado, me condujeron a revisar el pensamiento de Mariátegui y en
particular lo que él denomina nuestro “mayor problema histórico” esto es, el
dualismo que, instaurado por la conquista y el colonialismo español, permitió el
establecimiento de un régimen feudal que destruyó la economía y sociedad
inkaica sometiendo , los restos de la raza y cultura indígena a relaciones de
servidumbre y también de esclavitud[iv]. Esto
se constituyó en la dualidad y problema histórico entre lo colonial - español y
lo indígena, entre la feudalidad impuesta por el colonialismo español y los
restos, aún vivos del comunismo primitivo que caracterizó al ayllu, célula del
imperio Incaico[v].
La república, según
lo expuesto por Mariátegui, no resolvió este grave conflicto y más bien lo “acentuó”,
lo agravó, permitiendo la coexistencia del brutal régimen feudal, reforzado por
el latifundista o terrateniente criollo, con un régimen capitalista cuya
dinámica era sostenida por los intereses del capital imperialista y una
burguesía intermediaria[vi],
incapaz de llevar adelante una política liberal que liquide la feudalidad
heredada del colonialismo español. Esta
es la forma que adquirió el dualismo de la sociedad peruana a partir de la
explotación del guano y el salitre y la consolidación de un capitalismo y una
burguesía que coexistía con la feudalidad en la que el terrateniente era la
clase dominante frente a los restos del comunismo primitivo que, presente entre
las comunidades indígenas, sobrevivía, pero enfeudado al latifundio o gran
propiedad.
Esta tesis, no
obstante que Mariátegui limita su desarrollo a las particularidades de la
formación social del Perú[vii];
fue duramente criticada en la década del 60 partiendo del supuesto que el
dualismo era una “tesis errada” en tanto pretendía explicar el “subdesarrollo” de
los países latinoamericanos. Fueron Rodolfo Stavenhagen y André Gunder Franck quienes,
opuestos a la teoría del dualismo, sostuvieron que, a la luz de la historia y
la realidad de los países latinoamericanos, este planteamiento era errado. En
su lugar propusieron la teoría del colonialismo interno y la dependencia del
capitalismo[viii].
Más tarde, en los 80,
bajo la renovada influencia e importancia que adquiere la difusión de las obras
de Mariátegui y su estudio, orientados por el estructuralismo marxista
trabajado por Althusser, algunos estudiosos del pensamiento de Mariátegui,
entre ellos, Cesar Germaná y Aníbal Quijano, sometiendo a su particular
análisis la tesis del dualismo, negaron que Mariátegui en algún momento haya
sostenido tal planteamiento, afirmando categóricamente, el segundo de los
nombrados, que “ feudalidad, servidumbre, capitalismo , se articulan con sus
contradicciones en una sola estructura, bajo el dominio del capital [de modo
que] Mariátegui no solamente no postulaba ningún dualismo, sino al
contrario”(El subrayado es mío)[ix].
En esta situación, luego
de haber analizado y demostrado los graves errores de interpretación en que han
incurrido quienes han objetado la tesis del dualismo, en lo que toca a lo
expuesto por Mariátegui, considero pertinente, pensando en el pasado, el
presente y futuro del país, presentar una síntesis de lo avanzado en la
reflexión sobre “nuestro mayor problema histórico”, el dualismo de la sociedad
peruana, a fin de lograr una mayor aproximación en la tarea de responder “las
angustiosas interrogantes de un país escindido, maltratado durante siglos por
el colonialismo y el imperialismo y cuya situación se ve agravada aún más por
el mal endémico de la pobreza y de la violencia.
[i]
Véase: CAFFERATA F., Alfredo. 2017-2018. Cátedra
Libre de Sociología, Política y Derecho. http://catedralibredesociologia.blogspot.pe/.
[ii]
Véase: FORGUES, Roland. 1993. “EL Desafío de la Violencia” (Introducción) y de
MANRIQUE, Nelson (1993). “Lo Andino como Identidad” (Entrevista de R. Forgues).
En: FORGUES, Roland. PERÚ, Entre el Desafío de la Violencia y el
Sueño de lo Posible. Lima. Lib. Edit. Minerva. Págs. 9-14 y 215.
[iii] Al respecto pueden verse las entrevistas o las respuestas que sobre
este asunto dan importantes representantes de Izquierda Unida en el libro ya
citado de R. Forgues, me refiero a Manuel Dammert, Agustín Haya de la Torre,
Ricardo Letts, Carlos Malpica, Henry Pease y, al final del libro, la Carta que
Alberto Flores Galindo escribe poco antes de su fallecimiento.
[iv] Parte fundamental,
pero no exclusiva, donde Mariátegui trata el problema del dualismo es en el
Ensayo “Esquema de la Evolución Económica. Véase: MARIÁTEGUI, J.C. 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad
Peruana. Lima. Edit. Amauta.
Págs. 9-18.
[v] La dualidad entre “lo colonial español y lo indígena” es muy bien
desarrollado por MARIÁTEGUI en el Ensayo, “El Proceso de la Literatura” donde demuestra, no
obstante, los avances o lo maduro del proceso republicano, la predilección, en
la intelectualidad de ese entonces, por lo colonial, lo español, sin
interesarse o desarrollar una literatura sobre el indio que junto a la
feudalidad colonial era la otra parte más definida de nuestra formación social.
Afirmaciones similares pueden verse en el Ensayo “Regionalismo y Centralismo”. Ídem.
Págs. 206-211 y 176-181.
[vi] En el Esquema de la Evolución Económica Mariátegui sostiene que “la
clase terrateniente no ha logrado transformarse en una burguesía capitalista,
patrona de la economía nacional. La minería, el comercio, lo, se encuentran en
manos del capital extranjero. Los latifundistas se han contentado con servir
de intermediarios a éste en la producción de algodón y azúcar (el subrayado
es mío)”. Ídem. Pág.24.
[vii] Véase: CAFFERATA F., Alfredo. 2017-2018.
Cátedra Libre de Sociología, Política y Derecho. http://catedralibredesociologia.blogspot.pe/
[viii]
Al respecto pueden verse las entrevistas o las
respuestas que sobre este asunto dan importantes representantes de Izquierda
Unida en el libro ya citado de R. Forgues, me refiero a Manuel Dammert, Agustín
Haya de la Torre, Ricardo Letts, Carlos Malpica, Henry Pease y, al final del
libro, la Carta que Alberto Flores Galindo escribe poco antes de su
fallecimiento.
[ix] Parte fundamental, pero no exclusiva,
donde Mariátegui trata el problema del dualismo es en el Ensayo “Esquema de la
Evolución Económica. Véase: MARIÁTEGUI, J.C. 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana. Lima. Edit. Amauta. Págs. 9-18.
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