II La doble faz del dualismo en la formación social peruana hoy
El colonialismo económico
Pues bien, siguiendo
la trayectoria del pensamiento de Mariátegui en relación al dualismo lo primero
que habría que señalar es que esta particularidad de nuestra formación social
surge y está íntimamente asociada al desarrollo económicamente colonial de
nuestro país. En este sentido, una faz que no puede omitirse al momento de
examinar la tesis del dualismo es el hecho de que tanto el régimen feudal que
se instauró bajo la conquista y el virreinato español como la introducción y
consolidación del capitalismo después de la independencia y la instauración de
la República, fueron producto de la formación de una economía colonial que,
impuesta y consolidada por la Metrópoli Española durante su dominio, prosiguió
luego durante el proceso independentista y de instauración de la República que
surgían sujetas al desarrollo del capitalismo a nivel mundial. Es así que
Inglaterra primero y EEUU después, se constituyeran en las nuevas metrópolis
que comenzaron a dominar la economía peruana aunque formalmente el Perú era un
país soberano[11].
Esta faz del
dualismo de la sociedad peruana no ha desaparecido. Al contrario, hoy la
globalización del capitalismo frente al derrumbe del socialismo y de las
políticas populistas o de bienestar en los países “subdesarrollados” ha
extendido de tal modo su poder colonialista que no solo ha resquebrajado o
debilitado en todos sus extremos las libertades o principios democráticos a
nivel mundial, sino también el necesario equilibrio que, para la subsistencia y
desarrollo del ser humano, debe existir entre el crecimiento económico y la
protección del medio natural[12].[u1]
El renovado interés
del imperialismo o de las empresas transnacionales, por nuestras materias
primas, petróleo, cobre, oro, etc., ha generado, como es evidente y reconocido,
un importante crecimiento económico a partir de la explotación de nuestros
recursos naturales, pero a costa de agravar el carácter colonial de nuestra
economía, sometida a los cambios e intereses del capital extranjero pero, a su
vez, restando soberanía a las decisiones del Estado y agrediendo gravemente la
democracia en su razón de ser; la protección de los derechos humanos y, de modo
especial, los derechos fundamentales, culturales y territoriales de los pueblos
indígenas de la sierra y la selva principalmente. Esto último acompañado del
deterioro del medio natural y la biodiversidad de estas regiones[13].
Pero este
capitalismo, engendrado dentro de una economía colonial no ha logrado convertir
al país en una formación social capitalista. Como en el pasado, tal y como lo
demuestra J.C. Mariátegui, la burguesía surgida a raíz de los beneficios que le
produjo la explotación del guano y del salitre en el Siglo XVIII, no tenía las
capacidades ni el espíritu para llevar a cabo elementales principios liberales,
contentándose con los beneficios que obtenía de su cooperación con el capital
imperialista. No obstante, cabe indicar que si bien la burguesía mantiene este
carácter no es la misma cuyo poder era notable en la denominada República
Aristocrática. La Burguesía, a raíz de la reforma agraria y también de la menor
rentabilidad de la agricultura en esos tiempos comenzó a mudarse a otras ramas
de la economía siguiendo la dirección o los intereses más importantes del
capital imperialista en el aprovechamiento de nuestros recursos naturales
(minerales) y el desarrollo del capital financiero.
Francisco Durand,
quien se ha especializado en este tema demuestra precisamente el modo en que el
núcleo más fuerte de nuestra burguesía, ya desprendida de su base agraria,
avanza por las actividades que son más rentables para el capital imperialista,
la minería y la explotación de hidrocarburos. Hay otros sectores de la
burguesía, incluso a nivel provincial que resultan corresponder a diferentes
tamaños de empresa, pero que, a diferencia de lo que llama la burguesía limeña
no tienen el poder económico y político del cual goza ese reducido sector de la
Burguesía que ha tejido una relación histórica y provechosa con el desarrollo
del capital imperial, hoy transnacional[14].
En suma, el
colonialismo de nuestra economía, agravado bajo el poder o la influencia
determinante de las transnacionales que, desde los 90, son privilegiadas por
políticas neoliberales con el concurso de los grupos de poder económico y
político de nuestra burguesía, si bien han dado un nuevo e importante impulso
al capitalismo, éste sigue regido por los intereses cambiantes del imperialismo
respecto de la explotación de nuestras materias primas de modo tal que amplios
sectores de nuestra economía permanecen aún dentro de formas de producción precapitalistas incluidas
formas de trabajo esclavas y para esclavas[15] a
lo que se suma, de modo trascendental para la economía nacional, la creciente
informalidad y el aumento de la producción para el narcotráfico internacional.
[11]
Mariátegui reconociendo que el Perú
era después de la independencia un país soberano, había dejado de ser colonia
de España, encontraba que las burguesías nacionales de las repúblicas
latinoamericanas, en relación con su condición “semicolonial” , esto es, con
una economía dominada por el capital monopólico, veían en la “cooperación con el imperialismo,
la mejor fuente de provechos, se sienten lo bastante dueñas del poder político
para no preocuparse seriamente de la soberanía nacional” agregando enseguida
que el “Estado, la clase dominante no echa de menos un grado más amplio y
cierto de autonomía nacional”. Véase: MARIATEGUI, J.C. 1975. “Punto de Vista
Anti-Imperialista”. En: ideología y
política. Lima. Lib. Editorial Minerva. Págs. 87-95.
[12] Cuestión
referida al “desarrollo sostenible” según el Derecho Internacional.
[13]
Véase al respecto cómo es que a nivel global el Estado de Derecho, la
efectividad de los regímenes constitucionales y la misma democracia vienen
siendo melladas por el capital transnacional en la medida que la política se ha
subordinado a los intereses del poder económico y, a su vez, desconoce el
imperio del Estado de Derecho y la Constitución para cumplir el mandato del
poder fáctico del dinero. FERRAJOLI Luigi.2014. La Democracia a Través de los Derechos. El constitucionalismo
Garantista como modelo teórico y proyecto político. Madrid. Edit.
Trotta. Igualmente, corroborando para
el caso peruano el modo en que los intereses de las transnacionales se han
impuesto sobre la política debilitando o ignorando esta su sometimiento a la
Constitución y los principios democráticos, véase: CAFFERATA, Alfredo.2014. Política Minera, Derechos Humanos y Democracia. Artículos sobre la
Política Minera, período 2009-2013. Lima. Consulta: 27/04/18. http://catedralibredesociologia.blogspot.com/ ISBN: 978-612-00-1577-3 .
[14] DURAND,
Francisco.2017. Los Doce Apóstoles de la
Economía Peruana. Una mirada Social a los grupos de poder limeños y
provincianos. Lima. FONDO EDITORIAL. Pontificia Universidad Católica del
Perú.
[15]
Según Aníbal Quijano, la actual
colonialidad que se desarrolla bajo el dominio mundial del capital está
agotando “ la necesidad de fuerza de trabajo viva en la producción y la
operación global del capital” a tal punto que con el aumento del desempleo está
contribuyendo al retorno, en forma muy, amplia de “la pequeña producción
mercantil” y, a la “reproducción de formas de trabajo esclavo y para-esclavo
[…] para trabajar en las plantaciones de coca y en los lavaderos de oro” en la
región Amazónica. Véase: QUIJANO, Aníbal. 1993. “El Tiempo
de la Agonía” (Entrevista de Roland Forgues). En: FORGUES, Roland. Loc. Cit.
Págs. 287-307.
[u1]Alternativa
de citas