En este Perú de la Sierra
de la costa y de la selva
he visto la violencia y la rabia
milenarias de los pueblos oprimidos
pero también la fraternidad y el amor
de los pueblos que quieren vivir libres.
Más allá de toda razón,
tengo fe en su futuro.
Roland FORGUES
I La Audacia de Aprender a Soñar lo Posible
En los
primeros meses del año 1992, antes del autogolpe que propició la dictadura del
entonces Presidente Alberto Fujimori, Roland Forgues, reconocido Peruanista[1],
impactado por la violencia política y la crisis que vivió el Perú durante la
década del 80 y parte de la del 90, realizó una serie de entrevistas a
destacados protagonistas o actores sociales y políticos que, desde diferentes
puntos de vista, podían dar cuenta de los antecedentes de ese grave episodio de
nuestra historia, de la forma en que se desarrolló, y el modo como veían, a
partir de sus perspectivas, el futuro del
Perú.
Este trabajo,
publicado un año después de las entrevistas (1993), bajo el título de “Perú, Entre el Desafío de la Violencia y el
Sueño de lo Posible”; tuvo el propósito
expreso de encontrar, frente a la “ineficacia
del ultra liberalismo en el mundo occidental” y la debacle del socialismo entre
1989 y 1992, una respuesta que de algún
modo resolviera las interrogantes que surgían de esta angustiante situación: “¿Qué
nos queda de las grandes utopías? ¿Dónde están los referentes ideológicos como
el liberalismo y el socialismo que desde el siglo XIX determinaron nuestros
proyectos de porvenir, nuestras propuestas de cambio y que guiaron nuestra
actuación y nuestra conducta?”[2].
Ciertamente
la tarea no era fácil, no solo porque se realizaba en medio de la crisis y la
violencia en un país cuya historia siempre ha sorprendido por sus
particularidades y complejidad, sino también porque el investigador, teniendo
su propio punto de vista, debía tratar de comprender la realidad peruana a
través del discurso o las reflexiones de sus muy diversos interlocutores; desde un
Presidente de la República como Alberto Fujimori, pasando por representantes de
la “nueva izquierda”[3]
o de la derecha tradicional representada por Lourdes Flores, dirigente del
Partido Popular Cristiano, del ex Presidente Belaúnde Terry, de periodistas
como Gustavo Gorriti, dirigentes históricos del Apra como Javier Valle Riestra,
de mujeres como Beatriz Guardia Mayorga, María Rostorowski, académicos y
políticos de distinta orientación como Enrique Bernales, Carlos I. Degregori,
Aníbal Quijano, Henry Pease, etc.
Felizmente,
la visión comprensivista de la que parte Roland Forgues para acercarse a la
realidad social y humana del país, su conocimiento previo de nuestra realidad
en sus diversas facetas, su buen manejo del método interpretativo o la
hermenéutica que ya se muestra en su tesis doctoral sobre Arguedas, le
permitieron avanzar y resolver las dificultades del complejo problema que se
había planteado como propósito de su estudio[4].
Tan
importante como lo expuesto es que el punto de partida de la interpretación de
la diversidad de discursos que nos
presenta a partir de sus entrevistas, fue el progreso del pensamiento socio
político que sobre la realidad peruana y su futuro se había registrado a la luz
de las obras de Manuel Gonzales Prada, José Carlos Mariátegui y José María
Arguedas sin descontar y, más bien poniendo de relieve el trabajo promisorio
que, desde una mirada socialista renovada, ya había iniciado Alberto Flores
Galindo[5].
Sin duda
este esfuerzo por destacar los discursos previos sobre la historia del país y
sobre esta etapa crítica no escapó a la necesidad de motivar a los peruanos, cuyo
destino “les pertenece”, para que reflexionen sobre los retos que nos plantea
aún hoy esa crisis, la crisis del “ultra liberalismo” y, sobre todo, la
violencia política, que puso en juego la viabilidad política, social y cultural
del Perú, sin que ello signifique restar importancia a la necesaria “solidaridad continental” y del resto del
mundo para vencer los problemas de “un país escindido, maltratado durante siglos
por el colonialismo y el imperialismo y cuya situación se ve agravada aún más
por el mal endémico de la pobreza y de la violencia,…”[6]
Pues bien,
habiendo estudiado y reflexionado por cerca de un año, aunque de modo
intermitente, sobre la citada obra de Roland Forgues, inicio aquí la exposición
de los resultados a los que he venido llegando luego de entrar a la
interpretación de la diversidad o pluralidad de discursos a los que ya he hecho
referencia. Para este efecto he partido de lo que ya había adelantado Alberto
Flores Galindo sobre los alcances de la crisis y los factores que condujeron a
la violencia política en la década de los años 80[7].
Pero,
además, siendo consecuente con el propósito del libro, encontrar una respuesta
a la crisis de las grandes utopías y en especial al derrumbe del “socialismo
realmente existente”[8],
esto no puede hacerse sin tomar en cuenta lo que significa hoy el
neoliberalismo implantado principalmente durante el Gobierno y la dictadura del
ex Presidente Alberto Fujimori (1990-2000), las cuestiones que condujeron a la
desaparición de la “nueva izquierda” a fines de 1980, así como tampoco la conducta que hoy nos
ofrece la supuesta recuperación política de esta posición –nuevamente dividida- en el Frente Amplio.
Esto
último, la crítica de la izquierda de hoy es inevitable pues, a pesar de que
los diferentes interlocutores de la
“nueva izquierda” que en ese entonces (1992, año de las entrevistas) reconocen
los graves errores que cometieron en la construcción de una opción socialista,
no llegaron a plantear, antes ni después de su disolución como “Izquierda
Unida”, una nueva alternativa teórica, política, frente a los problemas del
neoliberalismo implantado brutalmente desde los 90 y el fracaso o derrumbe de
los regímenes socialistas en el mundo.
La
izquierda de hoy representada en el “Frente Amplio” –ya dividido- aunque tratan
de evitar los graves errores que cometió la “nueva izquierda” en la
construcción de una alternativa socialista, muestran un discurso en el cual aún
no se superan las concepciones que son parte del fracasado discurso de lo que
fue la izquierda surgida en la década del 60. Es así, que en el tratamiento de
regímenes autoritarios o abiertamente dictatoriales como el de Venezuela, tienden
a legitimarlos bajo el supuesto que son parte de la corriente “progresista”
(socialismo del siglo XXI) que ha tocado varios regímenes surgidos democráticamente
como en los casos de Bolivia, Ecuador, Brasil, etc.[9]
Esta forma “débil”
de tratar a regímenes autoritarios o de dictadura tiene su contraparte en un
concepto igualmente blando de la democracia que se reduce a su aspecto formal o
procedimental –no se puede afirmar la
existencia de una dictadura allí donde los regímenes son elegidos
democráticamente-, cuestión que a mi
juicio contribuye a repetir en un nuevo escenario, un viejo y grave error de la
izquierda, el uso “instrumental” de los espacios democráticos, su apartamiento
del movimiento popular y su derrota como opción política[10].
En este
sentido, recobra especial vigencia lo expresado por Alberto Flores Galindo a
propósito de la necesidad de repensar y darle nuevo contenido al socialismo en
el Perú. En la “Carta a sus amigos”, publicada por Roland Forgues, sostiene que
frente a la caída del socialismo real y a la “degradación y destrucción a la
que nos condena el capitalismo”, “siguen vigentes los ideales que originaron al
socialismo: la justicia, la libertad, los hombres” y en ese sentido, aquí, en
nuestro país:
[…] como
proyecto y realización podría seguir teniendo futuro si somos capaces de
volverlo a pensar, de imaginar otros contenidos. Esto no es la moda. Es ir
contra la corriente.
El socialismo
en el Perú es un difícil encuentro entre
el pasado y el futuro. Es necesario redescubrir las tradiciones más lejanas, pero para encontrarlas hay que
pensar desde el futuro. No repetirlas. Al contrario. Encontrar nuevos caminos.
Perder el temor al futuro. Renovar el estilo de pensar y actuar. Lo que
resulta quizá imposible sin una ruptura con esos izquierdistas excesivamente
ansiosos de poder, apenas interesados en lo que realmente sucede (los
subrayados son míos)”[11].
De hecho,
repensar el socialismo bajo las premisas planteadas por Forgues y Flores
Galindo puede ser calificado como un gesto audaz, pero creo que vale la pena. El valioso
material que nos entrega Roland Forgues en “Perú, Entre el Desafío de la
Violencia y el Suelo de lo Posible, allí donde como él lo afirma, sus
interlocutores “hablan por el Perú y su futuro” podemos encontrar “las claves”
que nos ayuden a comprender esta parte crítica de nuestra historia reciente y,
a su vez, encontrar posiblemente en una “democracia renovada, plena y auténtica”
la respuesta que buscamos frente a la ineficacia o el fracaso de las utopías
que han ocupado gran parte de nuestras vidas en el último siglo.
Así, esta
introducción es el punto de partida de otras entregas que haré en este blog
interpretando o reinterpretando los discursos contenidos en el citado libro de
Roland Forgues tratando de encontrar una respuesta a la angustiosa situación
que nos presenta del Perú y ante la cual no nos queda otra salida que, como él
afirma – citando a la poetisa peruana Sonia Luz Carrillo-, APRENDER LA AUDACIA DE SOÑAR LO POSIBLE[12].
[1]
Véase: CAFFERATA, Alfredo. 2015. “Hacia el Sueño de lo Posible: El peruanismo
de Roland Forgues”. Cátedra Libre de Sociología, Política y Derecho. Consulta:
18/02/2017. http://catedralibredesociologia.blogspot.pe/2015/05/hacia-el-sueno-de-lo-posible-el.html
[2]
FORGUES, Roland. 1993. “El Desafío de la Violencia”. En: Perú, Entre el Desafío de la Violencia y el Sueño de lo Posible. Lima.
Edit. Minerva. Págs. 9-14
[3]Se
denomina “nueva izquierda” a los partidos que desde el año 1965 se apartan del
reformismo representado por el Partido Comunista alineado con Rusia en la
confrontación Chino-Soviética y otros que como el Apra Rebelde, luego
denominado MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), salieron del Apra por
el giro que este Partido dio políticamente para formar el Gobierno de la
Convivencia entre 1956 y 1962. Véase al respecto: FLORES, Alberto. 1988. “La
Nueva Izquierda: Sin Faros ni Mapas”. EN: FLORES, Alberto. 1988. Tiempo de Plagas. Lima. Ediciones El
Caballo Rojo. Págs. 136-144.
[4]
Sobre la visión comprensivista y el
método interpretativo, véase: PARDO, Rubén. 2012. “El Desafío de las Ciencias
Sociales: desde el naturalismo a la hermenéutica”. En: PALMA. Héctor y PARDO,
Rubén. 2012. Epistemología de las Ciencias Sociales. Perspectivas y Problemas
de las representaciones científicas de lo social. Buenos Aires. Edit. Biblos.
Págs. 103-126. Respecto del buen manejo de la visión y método interpretativo
por parte de Roland FORGUES, véase: 1989. José
María Arguedas. Del pensamiento Dialéctico al Pensamiento Trágico. Historia de
una Utopía. Lima. Edit. Horizonte.
[5]
Forgues no solo sostiene la particular vigencia de las reflexiones que había
hecho Flores Galindo sobre las “grandes utopías” y la realidad peruana, sino
también la forma crítica en que emplaza el modo en que se separaba “política y
ética, cultura y moral”. Por ello, no duda en ubicar en el epílogo de su
trabajo y bajo el título de “El Sueño de lo Posible” la Carta que este, ante de
su muerte, dirige a sus amigos en Agosto de 1989 invitándolos a repensar y
darle un nuevo contenido a los ideales socialistas de “la justicia, la
libertad, los hombres” frente a “la degradación y destrucción a la que nos condena
el capitalismo”. FORGUES, Roland. Óp.cit. Págs. 9 y 371.
[6]
Ídem. Pág. 9.
[7]
FLORES, Alberto.1988. Tiempo de Plagas. Lima.
Ediciones El Caballo Rojo.
[8]
Agnes Heller, una de las mayores representantes de la Escuela de Budapest,
quienes iniciaron tempranamente la crítica sistemática de los regímenes que
representaban el socialismo en el mundo, sostenía que el “socialismo realmente
existente” como expresión es “errónea y conducente a error” al referirse al “sistema
de poder de las sociedades de la unión soviética y de los países del este de
Europa” pues el o los ideales socialistas no son compatibles con un poder
dictatorial, totalitario, que suprime el derecho a la libertad, un aspecto
fundamental de las aspiraciones del socialismo. En todo caso, los regímenes
“socialistas”, si bien es cierto son anticapitalistas, al mismo tiempo son
antisocialistas habiendo dado lugar a una “forma económico social” no prevista
dentro del evolucionismo marxista. Véase: LÓPEZ, José Ignacio. 1989.”El
Socialismo como radicalización de la democracia”. Entrevista realizada por José
Ignacio López Soria a Agnes Heller publicada originalmente en Socialismo y
Participación N° 20, Lima 1982. En: IBÁÑEZ, Alfonso. Agnes Heller: La satisfacción de las Necesidades Radicales. Lima.
Instituto de Apoyo Agrario/SUR, Casa de Estudios del Socialismo. Pp. 91-101.
Para una mayor comprensión de lo planteado por Agnes Heller recomiendo revisar
el estudio que, en el citado libro, hace Alfonso Ibáñez sobre el modo en que la
mencionada estudiosa lleva a cabo la relectura del marxismo.
[9]
Véase al respecto la serie de artículos sobre los “gobiernos progresistas en
América Latina” en: PAJUELO, Ramón (Director). 2016. Tema Central: “Más allá de
los Gobiernos Progresistas en América Latina”. Ojo Zurdo. Lima. Año1, N°2. Pp. 5-29
[10]
Sobre el uso instrumentalista de la Democracia, véase: DIEZ CANSECO, Javier.
2011. “Exorcizando Izquierda Unida”. En: ADRIANZÉN, Alberto (Editor). Apogeo y
crisis de la izquierda peruana. Hablan sus protagonistas. Lima. IDEA
Internacional/Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Pp. 97-200.
[11]
FLORES, Alberto. 1989. Carta Abierta a su Amigos. En: Ídem. Pág. 371
[12]
Parte del Poema “Balance a Tiempo” reproducido por Roland Forgues en la página
inicial del libro objeto de este estudio.
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