viernes, 22 de septiembre de 2017

El dualismo de la sociedad peruana: La tesis de Mariátegui

Esta es la cuarta entrega de un conjunto de artículos sobre el problema de la dualidad histórica de la Sociedad Peruana, cuestión que surge del estudio y las reflexiones que vengo trabajando alrededor de las entrevistas que ROLAND FORGUES realiza  a destacados estudiosos y políticos peruanos, las mismas que agrupa en "Perú: Entre el Desafío de la Violencia y el Sueño de los Posible".   

En el artículo anterior sobre este tema tuve la ocasión de comprobar cómo Cesar Germaná y Aníbal Quijano, en el afán de asimilar el pensamiento de Mariátegui a sus ideas y al enfoque estructuralista de Althusser, tergiversan lo que aquel sostuvo respecto del dualismo de la sociedad peruana llegando al extremo de negar esta parte fundamental de su contribución al socialismo peruano y al mejor conocimiento de nuestra realidad[i]. Cumplido ello, lo que presento a continuación, siguiendo el espíritu afirmativo de Mariátegui, es la exposición de lo que este sostuvo realmente sobre el dualismo de la sociedad peruana.

Para tal efecto, y siguiendo lo expresado por Mariátegui en el sentido de que el dualismo, “acentuado” en el período de la explotación del guano y del salitre, constituye hasta ahora […] nuestro mayor problema histórico”[ii] me he esforzado, revisando el texto y el contexto de su obra, lo que significa  este problema partiendo de su origen, la conquista española, para mostrar las características fundamentales con las que llega a la República.   

Esta tarea, no habría podido tener mejor resultado sin la consulta y el estudio previo de  los trabajos que Alberto Flores Galindo y Roland Forgues han hecho sobre el pensamiento y la vida de Mariátegui. Al primero le debo, sobre todo, el haber ubicado históricamente lo principal de la obra de Mariátegui en un tema que era central en el estudio y debate político de los 20 en el siglo pasado; el “problema nacional[iii]”. Bajo este marco, la tesis del dualismo de la sociedad peruana solo puede entenderse como parte de los problemas y las alternativas que, en la construcción del socialismo peruano, da Mariátegui al problema de la Peruanidad o del Perú como Nación.

Al segundo, Roland Forgues, le debo tanto como a Flores Galindo, el haber destacado el modo crítico y creativo con que Mariátegui comprendió y aplicó el marxismo para mostrar en sus aspectos, material y espiritual, el problema nacional y, además, el haber puesto al descubierto la importancia que en esta materia tiene el dualismo de la sociedad peruana en nada extraño a otro asunto igualmente fundamental: el problema del indio[iv]. De este manera, con Forgues, no solo confirmaba lo expuesto por Flores Galindo sobre la centralidad del problema nacional, sino que, a su vez, pude comprender en sus diversas dimensiones, histórica, cultural, etc. el significado y alcance de la tesis sobre el dualismo de la sociedad peruana en el pensamiento de J.C. Mariátegui.

En relación con esto último, no debe extrañar, por tanto, que reproduzca citas e interpretaciones que ya ha hecho Roland Forgues en su citado trabajo, aunque bajo una exposición distinta dado que el propósito de esta parte del estudio que he realizado no trata sobre el problema de la Peruanidad sino de un tema más específico; la tesis de Mariátegui respecto al dualismo de la sociedad peruana.     

El dualismo de la sociedad peruana: Un problema histórico

Hasta donde hemos visto el debate respecto de la tesis del dualismo en el pensamiento de Mariátegui se ha concentrado en el examen de su ensayo sobre el Esquema de la Evolución Económica sin considerar el expreso rechazo que él plantea a quienes “reducen arbitrariamente el marxismo a una explicación puramente económica de los fenómenos”[v] pero, además, sin tener en cuenta que lo que presenta Mariátegui desde el punto de vista económico es solo el dualismo que en ese momento se daba entre la economía feudal heredada del colonialismo español y la economía burguesa que impulsada por el colonialismo económico inglés y luego norteamericano, daba la impresión, por lo menos mentalmente, de una economía retardada[vi].

Por tanto, evitando caer en el “reduccionismo económico”, lo primero que tenemos que hacer es ver las diversas dimensiones, materiales y espirituales, que Mariátegui analiza para dar con una visión totalizadora que reproduzca lo más fielmente posible la naturaleza de los problemas de la realidad peruana y en este caso particular del dualismo que, como problema histórico, anterior a la etapa Republicana, tiene su origen en la conquista y el colonialismo español.

Antes, precisemos por qué buscamos en el período anterior a la República el origen y las características del dualismo de la sociedad Peruana. La respuesta es muy sencilla y nos la da Mariátegui. Este; analizando el “capítulo de la explotación del guano y del salitre” en la historia económica de la Republica, sostiene que tal hecho sirvió para impulsar, bajo el dominio del Imperio Británico, la economía capitalista que, sobre un suelo feudal, dio lugar al surgimiento de una “clase capitalista” que, en cuanto a su origen y estructura, se confundía con la aristocracia formada por los encomenderos y terratenientes de la Colonia[vii].

Por otra parte y refiriéndose a “otra faz” de este momento sostiene que sobre las bases de una economía feudal, herencia del colonialismo español, establecida en la sierra “donde antes prosperó una sociedad genuina y típicamente agraria”; la explotación del guano y el salitre rectificaron esta situación. “Fortalecieron el poder de la costa. Estimularon la sedimentación del Perú nuevo en la tierra baja. “Y acentuaron el dualismo y el conflicto que hasta ahora constituyen nuestro mayor problema histórico[viii].

Esto quiere decir que el dualismo no es propio, no tiene su origen en la República ni en el capítulo de la explotación del guano y del salitre; más bien en esta fase de nuestra historia se “acentúa” este conflicto o problema surgido en una etapa anterior a la República. Por tanto, para encontrar el significado del dualismo como “nuestro mayor problema histórico” debemos buscarlo en las etapas que corresponden al origen y constitución de este fenómeno que, según Mariátegui se relacionan con la conquista y el colonialismo español.
 
El origen del dualismo: el colonialismo y el problema del indio

Pues bien, los componente históricos del dualismo de la sociedad peruana, ya lo dije líneas arriba, han sido expuestos y fundamentados debidamente por Roland Forgues a propósito del análisis e interpretación que hace de la Peruanidad en el pensamiento de Mariátegui. Allí,  frente a las dudas que Luis Alberto Sánchez tenía sobre el dualismo que se daba entre la forma histórica que se elaboraba en la costa y la que sobrevivía en la sierra dentro del problema de la Peruanidad[ix], Forgues reproduce lo que Mariátegui le respondió: 

El cuestionario que Sánchez me pone delante es –permítame que se lo diga-  bastante ingenuo. ¿Cómo puede preguntarme Sánchez si yo reduzco todo el problema peruano a la oposición entre costa y sierra? He constatado la dualidad nacida de la conquista para afirmar la necesidad histórica de resolverla. No es mi ideal el Perú colonial ni el Perú Incaico sino un Perú Integral (el subrayado es mío). [x].

Nótese que aquí Mariátegui, deshecha por “ingenuas” las referencias al modo en que este ha comprendido el dualismo a partir de la geografía y no del modo en que históricamente han tomado lugar las relaciones que se establecen, a partir de la conquista, entre el Perú Inkaico y el Perú “colonial”, un hecho histórico que interrumpe el desarrollo autónomo de lo que era el Perú Inkaico para que este devenga en una colonia de España.

En este sentido, tiene razón Roland Forgues cuando, interpretando el sentido de la cita que he reproducido, sostiene que el problema de la Peruanidad en Mariátegui supone “la resolución de una oposición entre dos mundos, dos civilizaciones, dos culturas que, después de la conquista y de la colonización vinieron a enfrentarse como dos sociedades en una relación de explotador a explotado, de dominante a dominado[xi].

Esta interpretación del dualismo es consistente, además, con otra cita que, también hace Forgues, sobre lo que expresa Mariátegui, siempre respecto de la Peruanidad, en su ensayo sobre Regionalismo y Centralismo:

La unidad peruana está por hacer; y no se presenta como un problema de articulación y convivencia, dentro de los confines de un Estado único, de varios antiguos pequeños estados o ciudades libres. En el Perú el problema de la unidad es mucho más hondo, porque no hay aquí que resolver una pluralidad de tradiciones locales o regionales sino una dualidad de raza, de lengua y de sentimiento, nacida de la invasión y conquista del Perú autóctono por una raza extranjera que no ha conseguido fusionarse con la raza indígena ni eliminarla ni absorberla (el subrayado es mío)[xii].

Sin duda, y conforme a lo subrayado, la invasión y conquista del Perú produjo esa dualidad donde lo inkaico y lo colonial español diferenciados por la raza, la cultura y la civilización que estas representaban, diferentes en la lengua, en sus sentimientos pero, también diferenciados en cuanto a su posición –de conquistadores y conquistados-, dentro de la organización feudal que impone el Colonialismo español sobre los “residuos todavía vivos” de la organización Inkaica. Esto último no  fue solo producto de la conquista: el Virreynato, el colonialismo español, como bien apunta Mariátegui:

“Señala el comienzo del difícil y complejo proceso de formación de una nueva economía. En este período, España se esforzó por dar una organización política y económica a su inmensa colonia. Los españoles empezaron a cultivar el suelo y explotar las minas de oro y plata. Sobre las ruinas y residuos de una economía socialista, echaron las bases de una economía feudal”[xiii].

Pero, atención, revisando esta parte de nuestra historia, Mariátegui sostiene que quienes constituyeron al Perú como Colonia de España, no fueron realmente colonizadores, estos conformados fundamentalmente por virreyes, cortesanos, aventureros, clérigos, doctores y soldados, “ no fueron sino conquistadores”, tanto que incapaces de formar “núcleos de trabajo”, parecían perseguir “el exterminio de la población indígena” debiendo recurrir por ello a la importación de esclavos negros para el trabajo de la costa.

Bajo estas condiciones es explicable el dualismo que en la sociedad peruana se da entre el conquistador y el conquistado, entre los conquistadores los españoles provenientes del mundo occidental-europeo y entre los conquistados los que componían la sociedad Inkaica; entre la cultura y la civilización en decadencia, la feudalidad, y la cultura y civilización Inka reducida a comunidades dispersas en el amplio y complejo territorio de lo que era el Perú en ese entonces.

En medio de todo, una relación de explotación en la que los conquistadores, tomando por la fuerza territorios y hombres redujeron a los conquistados en una decreciente masa de esclavos y siervos al servicio de la aristocracia terrateniente que surge y desarrolla a partir de la conquista y el colonialismo español.

Cabe agregar que dentro de las diversas dimensiones que toma la compleja relación entre conquistadores y conquistados, bajo el pretexto de la inferioridad racial de los indígenas, se instala en la práctica un régimen de castas donde bajo el Imperio extranjero-español, la raza blanca, la de los señores conquistadores, condición que no dejaron en la etapa colonial, sometieron de tal modo al indígena que, este aparte de cumplir las funciones o el papel de siervo en las tierras del conquistador, debía servir también, bajo el régimen de las mitas, al trabajo esclavista en las minas, actividad fundamental que obligó a que la formación de una nueva economía, la feudal, se extendiera principalmente en la sierra[xiv].

Bajo estas circunstancias, el dualismo de la sociedad peruana que Mariátegui refiere como “nuestro mayor problema histórico” se constituye bajo las siguientes características:

a)    El dualismo surge de una posición de conquista, del dominio territorial y de los hombres que habitaban el Imperio Inkaico estableciendo, bajo los intereses del colonizador una economía netamente colonial que interrumpiendo el desarrollo autónomo de la sociedad Inka la somete a un tipo de explotación, esclavista y feudal, en nada superior al agrarismo que dominaba el espíritu y las condiciones en que se desenvolvía el indígena dentro del Inkario.

Así, una característica fundamental del dualismo como producto de la conquista y la instalación del Virreynato es la forma como se subordina a la sociedad y cultura Inka, luego de destruida su organización, a una nueva economía que se sujeta a los intereses de una monarquía feudal y aristocrática, cuestión a la que no fue ajena el tipo de colonizador que llegó al Perú quien principalmente interesado en el oro y la plata, no solo esclavizó en todos sus extremos la fuerza de trabajo indígena sino que llevó a la decadencia de la agricultura, sin aportar algo superior a la producción de los campos. Su condición de “señor” de “aristócrata” no lo consentía.

b)   Aunque bajo el colonialismo español se dieron elementos de esclavitud para el trabajo de las minas, lo que finalmente se estableció, por el agotamiento de las minas y su abandono, mediando el despojo de las tierras o territorios pertenecientes a los ayllus o comunidades, fue un régimen feudal conformándose así una clase terrateniente, aristocrática, rentista que vivía del trabajo servil del indígena, sea que estuviera en sus tierras o que permaneciera dentro de la comunidades que la feudalidad dejó sobrevivientes.

El dualismo en el terreno económico social, en su origen, constituye la coexistencia dentro de la feudalidad de un régimen comunitario característico del agrarismo y comunismo indígena. La dualidad se manifiesta en este momento como la explotación del indio y el sometimiento de su cultura y organización a la voluntad de los conquistadores que se hicieron del dominio de sus tierras y hombres. En este sentido, debemos reconocer que dentro de la dualidad histórica cuyo origen se encuentra en la conquista y colonialismo español tiene lugar, además, el problema del indio, de su cultura, de su estrecho vínculo con la tierra y de su colectivismo.

c)  Asociado a lo anterior, esto es, al problema del indio, cabe recordar que el conquistador español, bajo el pretexto  de la inferioridad racial del indígena, estableció un régimen de castas donde estos, bajo una existencia extrasocial, estaban por entero al servicio del aristócrata de raza blanca, español, al mismo que le debían todo tipo de obligaciones a cambio de su “protección”.

En resumen, el dualismo como problema histórico, surgido dentro del proceso de conquista y colonialismo así como responde a las exigencias e intereses de una potencia extranjera que impone una economía acorde a sus necesidades y la mentalidad feudal, aristocrática de los conquistadores-colonizadores, de otra parte se caracteriza por el sometimiento de la cultura y civilización preexistente en los territorios y hombres que conquista, la cultura indígena. Ello explicaría la coexistencia, bajo las relaciones que establece el colonizador, entre la feudalidad colonial y el problema del indio.

Lo expresado sobre el dualismo como cuestión o problema histórico, en nada escapa al hecho económico examinado por Mariátegui, quien pronunciándose sobre esta cuestión llama la atención sobre los problemas de la conquista y del indio, inseparables bajo el concepto del dualismo del que él mismo da cuenta en sus diversos ensayos y trabajos sobre la realidad peruana: 

No es posible comprender la realidad peruana sin buscar y sin mirar el hecho económico. La nueva generación no lo sabe, tal vez, de un modo muy exacto. Pero lo siente de un modo muy enérgico. Se da cuenta de que el problema fundamental del Perú, que es el del indio y de la tierra, es ante todo un problema de la economía peruana. La actual economía, la actual sociedad peruana tienen el pecado original de la conquista. El pecado de haber nacido y haberse formado sin el indio y contra el indio (los subrayados son míos)[xv].
                                                                               



[i] En efecto, Germaná, luego de “interpretar” lo que el Amauta sostuvo al respecto, afirma que desde su “punto de vista no se puede hablar de una interpretación dualista del Perú por parte de Mariátegui” y, del mismo modo, aunque con diferentes palabras, Aníbal Quijano manifiesta que “Mariátegui no postulaba ningún dualismo, sino al contrario”. Véanse. las entrevistas que Roland FORGUES (1993) les hace y publica en su libro: Perú. Entre el Desafío de la Violencia y el Sueño de lo Posible. Lima. Edit. Minerva. Págs. 112 y 298 respectivamente. Asimismo, CAFFERATA, Alfredo. 2017. Artículo de fecha 6/07/17, “Mariátegui, el Dualismo de la Sociedad Peruana y el Anacronismo Histórico en Germaná y Quijano”. Blog: Cátedra Libre de Sociología, Política y Derecho”. Consulta: 22/09/17.  <http://catedralibredesociologia.blogspot.pe/ >.
[ii] MARIÁTEGUI, José Carlos. 1957. Quinta Edición. “Esquema de la Evolución Económica”. En: 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana. Lima. Edit. Amauta. Pág. 18...
[iii] FLORES. Alberto. 1988. “Socialismo y Problema Nacional en el Perú”. En: Tiempo de Plagas. Ediciones El Caballo Rojo. Págs. 44-56.
[iv] Sobre la cuestión del método y la tesis de la dualidad en Mariátegui, véase: FORGUES, Roland. 1995. “La Experiencia Europea y su Proyección Americana” y “Peruanidad y Nacionalidad”. En: Mariátegui. La Utopía Realizable. Lima. Edit. Amauta. Págs. 15-37 y 41-76.
[v] MARIÁTEGUI, J.C. 1974. “La Tentativa Revisionista de “Más allá del Marxismo””. En: Defensa del  Marxismo”. Lima. Edit. Amauta. Págs. 25-30
[vi] MARIÁTEGUI, J.C. 1957. Óp. Cit. Págs. 22-23.
[vii] Ídem. Págs. 16-19
[viii] Ídem. Pág. 18.
[ix] Mariátegui al distinguir la costa de la sierra, “en el Perú lo único que se halla bien definido es la naturaleza”, expresa que “la dualidad de la historia peruana y del alma periuanas en nuestra época, se precisa como un conflicto entre la forma histórica que se elabora en la costa y el sentimiento indígena que sobrevive en la sierra hondamente enraizado en la naturaleza. El Perú actual es una formación costeña. La actual Peruanidad se ha sedimentado en la tierra baja.” MARIÁTEGUI, J.C. 1957. “Regionalismo y Centralismo” Óp. Cit. Pág. 177
[x] Citado por Roland FORGUES: Óp. Cit. Pág. 41
[xi] Ídem. Págs. 41-42.
[xii] Citado por FORGUES. Ídem. Pág. 42
[xiii] MARIÁTEGUI, J.C. 1957. “Esquema de la Evolución Económica”. Óp. Cit. Pág.10
[xiv] Sobre el régimen de castas véase: MARIÁTEGUI, J.C. “El Problema de la Tierra”. Óp. Cit. Pág.57 y acerca de cómo la explotación del oro y la plata lleva a los españoles a instalarse en la sierra, véase: Ídem. Pág. 11. Sobre el régimen de castas véase: MARIÁTEGUI, J.C. “El Problema de la Tierra”. Óp. Cit. Pág.57.
[xv] MARIÁTEGUI, J.C. 1986.  “El hecho económico en la historia peruana” Publicado en la revista Mundial, Lima 14/8/1925. En: Peruanicemos el Perú. Tomo 11. (11a Edición). Págs. 79-83. Consulta, 09/07/2017. <http://www.archivochile.com/Ideas_Autores/mariategui_jc/s/Tomo11.pdf