Esta es la cuarta entrega de un conjunto de artículos sobre el problema de la dualidad histórica de la Sociedad Peruana, cuestión que surge del estudio y las reflexiones que vengo trabajando alrededor de las entrevistas que ROLAND FORGUES realiza a destacados estudiosos y políticos peruanos, las mismas que agrupa en "Perú: Entre el Desafío de la Violencia y el Sueño de los Posible".
En el artículo anterior sobre este
tema tuve la ocasión de comprobar cómo Cesar Germaná y Aníbal Quijano, en el
afán de asimilar el pensamiento de Mariátegui a sus ideas y al enfoque
estructuralista de Althusser, tergiversan lo que aquel sostuvo respecto del
dualismo de la sociedad peruana llegando al extremo de negar esta parte
fundamental de su contribución al socialismo peruano y al mejor conocimiento de
nuestra realidad[i].
Cumplido ello, lo que presento a continuación, siguiendo el espíritu afirmativo
de Mariátegui, es la exposición de lo que este sostuvo realmente sobre el
dualismo de la sociedad peruana.
Para tal efecto, y siguiendo lo
expresado por Mariátegui en el sentido de que el dualismo, “acentuado” en el
período de la explotación del guano y del salitre, constituye hasta ahora […] nuestro mayor problema
histórico”[ii]
me he esforzado, revisando el
texto y el contexto de su obra, lo que significa este problema partiendo de su origen, la
conquista española, para mostrar las características fundamentales con las que
llega a la República.
Esta tarea, no habría podido tener
mejor resultado sin la consulta y el estudio previo de los trabajos que Alberto Flores Galindo y
Roland Forgues han hecho sobre el pensamiento y la vida de Mariátegui. Al
primero le debo, sobre todo, el haber ubicado históricamente lo principal de la
obra de Mariátegui en un tema que era central en el estudio y debate político
de los 20 en el siglo pasado; el “problema nacional[iii]”.
Bajo este marco, la tesis del dualismo de la sociedad peruana solo puede
entenderse como parte de los problemas y las alternativas que, en la
construcción del socialismo peruano, da Mariátegui al problema de la Peruanidad
o del Perú como Nación.
Al segundo, Roland Forgues, le debo
tanto como a Flores Galindo, el haber destacado el modo crítico y creativo con
que Mariátegui comprendió y aplicó el marxismo para mostrar en sus aspectos,
material y espiritual, el problema nacional y, además, el haber puesto al
descubierto la importancia que en esta materia tiene el dualismo de la sociedad
peruana en nada extraño a otro asunto igualmente fundamental: el problema del
indio[iv].
De este manera, con Forgues, no solo confirmaba lo expuesto por Flores Galindo
sobre la centralidad del problema nacional, sino que, a su vez, pude comprender
en sus diversas dimensiones, histórica, cultural, etc. el significado y alcance
de la tesis sobre el dualismo de la sociedad peruana en el pensamiento de J.C.
Mariátegui.
En relación con esto último, no debe
extrañar, por tanto, que reproduzca citas e interpretaciones que ya ha hecho
Roland Forgues en su citado trabajo, aunque bajo una exposición distinta dado
que el propósito de esta parte del estudio que he realizado no trata sobre el
problema de la Peruanidad sino de un tema más específico; la tesis de
Mariátegui respecto al dualismo de la sociedad peruana.
El dualismo de la sociedad peruana: Un problema
histórico
Hasta donde hemos visto el debate respecto
de la tesis del dualismo en el pensamiento de Mariátegui se ha concentrado en
el examen de su ensayo sobre el Esquema de la Evolución Económica sin
considerar el expreso rechazo que él plantea a quienes “reducen arbitrariamente
el marxismo a una explicación puramente económica de los fenómenos”[v]
pero, además, sin tener en cuenta que lo que presenta Mariátegui desde el punto
de vista económico es solo el dualismo que en ese momento se daba entre la
economía feudal heredada del colonialismo español y la economía burguesa que
impulsada por el colonialismo económico inglés y luego norteamericano, daba la
impresión, por lo menos mentalmente, de una economía retardada[vi].
Por tanto, evitando caer en el
“reduccionismo económico”, lo primero que tenemos que hacer es ver las diversas
dimensiones, materiales y espirituales, que Mariátegui analiza para dar con una
visión totalizadora que reproduzca lo más fielmente posible la naturaleza de
los problemas de la realidad peruana y en este caso particular del dualismo
que, como problema histórico, anterior a la etapa Republicana, tiene su origen
en la conquista y el colonialismo español.
Antes, precisemos por qué buscamos en
el período anterior a la República el origen y las características del dualismo
de la sociedad Peruana. La respuesta es muy sencilla y nos la da Mariátegui.
Este; analizando el “capítulo de la explotación del guano y del salitre” en la
historia económica de la Republica, sostiene que tal hecho sirvió para
impulsar, bajo el dominio del Imperio Británico, la economía capitalista que,
sobre un suelo feudal, dio lugar al surgimiento de una “clase capitalista” que,
en cuanto a su origen y estructura, se confundía con la aristocracia formada
por los encomenderos y terratenientes de la Colonia[vii].
Por otra parte y refiriéndose a “otra
faz” de este momento sostiene que sobre las bases de una economía feudal,
herencia del colonialismo español, establecida en la sierra “donde antes
prosperó una sociedad genuina y típicamente agraria”; la explotación del guano
y el salitre rectificaron esta situación. “Fortalecieron el poder de la costa.
Estimularon la sedimentación del Perú nuevo en la tierra baja. “Y acentuaron el dualismo y el conflicto que
hasta ahora constituyen nuestro mayor problema histórico”[viii].
Esto quiere decir que el dualismo no
es propio, no tiene su origen en la República ni en el capítulo de la
explotación del guano y del salitre; más bien en esta fase de nuestra historia
se “acentúa” este conflicto o problema surgido en una etapa anterior a la República.
Por tanto, para encontrar el significado del dualismo como “nuestro mayor
problema histórico” debemos buscarlo en las etapas que corresponden al origen y
constitución de este fenómeno que, según Mariátegui se relacionan con la
conquista y el colonialismo español.
El
origen del dualismo: el colonialismo y el problema del indio
Pues bien, los componente históricos
del dualismo de la sociedad peruana, ya lo dije líneas arriba, han sido
expuestos y fundamentados debidamente por Roland Forgues a propósito del
análisis e interpretación que hace de la Peruanidad en el pensamiento de
Mariátegui. Allí, frente a las dudas que
Luis Alberto Sánchez tenía sobre el dualismo que se daba entre la forma
histórica que se elaboraba en la costa y la que sobrevivía en la sierra dentro
del problema de la Peruanidad[ix],
Forgues reproduce lo que Mariátegui le respondió:
El cuestionario que Sánchez me pone delante es –permítame que se lo
diga- bastante ingenuo. ¿Cómo puede
preguntarme Sánchez si yo reduzco todo el problema peruano a la oposición entre
costa y sierra? He constatado la dualidad nacida de la conquista para
afirmar la necesidad histórica de resolverla. No es mi ideal el Perú
colonial ni el Perú Incaico sino un Perú Integral (el subrayado es mío). [x].
Nótese que aquí Mariátegui, deshecha
por “ingenuas” las referencias al modo en que este ha comprendido el dualismo a
partir de la geografía y no del modo en que históricamente han tomado lugar las
relaciones que se establecen, a partir de la conquista, entre el Perú Inkaico y
el Perú “colonial”, un hecho histórico que interrumpe el desarrollo autónomo de
lo que era el Perú Inkaico para que este devenga en una colonia de España.
En este sentido, tiene razón Roland
Forgues cuando, interpretando el sentido de la cita que he reproducido,
sostiene que el problema de la Peruanidad en Mariátegui supone “la resolución de una oposición entre dos
mundos, dos civilizaciones, dos culturas que, después de la conquista y de la
colonización vinieron a enfrentarse como dos sociedades en una relación de
explotador a explotado, de dominante a dominado”[xi].
Esta interpretación del dualismo es
consistente, además, con otra cita que, también hace Forgues, sobre lo que
expresa Mariátegui, siempre respecto de la Peruanidad, en su ensayo sobre
Regionalismo y Centralismo:
La unidad peruana está por hacer; y no se presenta como un problema
de articulación y convivencia, dentro de los confines de un Estado único, de
varios antiguos pequeños estados o ciudades libres. En el Perú el problema de
la unidad es mucho más hondo, porque no hay aquí que resolver una pluralidad de
tradiciones locales o regionales sino una dualidad de raza, de lengua y de
sentimiento, nacida de la invasión y conquista del Perú autóctono por una raza
extranjera que no ha conseguido fusionarse con la raza indígena ni
eliminarla ni absorberla (el subrayado es mío)[xii].
Sin duda, y
conforme a lo subrayado, la invasión y conquista del Perú produjo esa dualidad
donde lo inkaico y lo colonial español diferenciados por la raza, la cultura y
la civilización que estas representaban, diferentes en la lengua, en sus
sentimientos pero, también diferenciados en cuanto a su posición –de
conquistadores y conquistados-, dentro de la organización feudal que impone el
Colonialismo español sobre los “residuos todavía vivos” de la organización
Inkaica. Esto último no fue solo
producto de la conquista: el Virreynato, el colonialismo español, como bien
apunta Mariátegui:
“Señala el comienzo del difícil y complejo proceso de formación de
una nueva economía. En este período, España se esforzó por dar una organización
política y económica a su inmensa colonia. Los españoles empezaron a cultivar
el suelo y explotar las minas de oro y plata. Sobre las ruinas y residuos de
una economía socialista, echaron las bases de una economía feudal”[xiii].
Pero,
atención, revisando esta parte de nuestra historia, Mariátegui sostiene que
quienes constituyeron al Perú como Colonia de España, no fueron realmente
colonizadores, estos conformados fundamentalmente por virreyes, cortesanos,
aventureros, clérigos, doctores y soldados, “ no fueron sino conquistadores”,
tanto que incapaces de formar “núcleos de trabajo”, parecían perseguir “el
exterminio de la población indígena” debiendo recurrir por ello a la
importación de esclavos negros para el trabajo de la costa.
Bajo estas
condiciones es explicable el dualismo que en la sociedad peruana se da entre el
conquistador y el conquistado, entre los conquistadores los españoles
provenientes del mundo occidental-europeo y entre los conquistados los que
componían la sociedad Inkaica; entre la cultura y la civilización en
decadencia, la feudalidad, y la cultura y civilización Inka reducida a
comunidades dispersas en el amplio y complejo territorio de lo que era el Perú
en ese entonces.
En medio de
todo, una relación de explotación en la que los conquistadores, tomando por la
fuerza territorios y hombres redujeron a los conquistados en una decreciente
masa de esclavos y siervos al servicio de la aristocracia terrateniente que surge
y desarrolla a partir de la conquista y el colonialismo español.
Cabe agregar
que dentro de las diversas dimensiones que toma la compleja relación entre
conquistadores y conquistados, bajo el pretexto de la inferioridad racial de
los indígenas, se instala en la práctica un régimen de castas donde bajo el
Imperio extranjero-español, la raza blanca, la de los señores conquistadores,
condición que no dejaron en la etapa colonial, sometieron de tal modo al
indígena que, este aparte de cumplir las funciones o el papel de siervo en las
tierras del conquistador, debía servir también, bajo el régimen de las mitas,
al trabajo esclavista en las minas, actividad fundamental que obligó a que la
formación de una nueva economía, la feudal, se extendiera principalmente en la
sierra[xiv].
Bajo estas
circunstancias, el dualismo de la sociedad peruana que Mariátegui refiere como
“nuestro mayor problema histórico” se constituye bajo las siguientes
características:
a) El dualismo
surge de una posición de conquista, del dominio territorial y de los hombres
que habitaban el Imperio Inkaico estableciendo, bajo los intereses del
colonizador una economía netamente colonial que interrumpiendo el desarrollo
autónomo de la sociedad Inka la somete a un tipo de explotación, esclavista y
feudal, en nada superior al agrarismo que dominaba el espíritu y las
condiciones en que se desenvolvía el indígena dentro del Inkario.
Así, una
característica fundamental del dualismo como producto de la conquista y la
instalación del Virreynato es la forma como se subordina a la sociedad y
cultura Inka, luego de destruida su organización, a una nueva economía que se sujeta
a los intereses de una monarquía feudal y aristocrática, cuestión a la que no
fue ajena el tipo de colonizador que llegó al Perú quien principalmente
interesado en el oro y la plata, no solo esclavizó en todos sus extremos la
fuerza de trabajo indígena sino que llevó a la decadencia de la agricultura,
sin aportar algo superior a la producción de los campos. Su condición de
“señor” de “aristócrata” no lo consentía.
b) Aunque bajo
el colonialismo español se dieron elementos de esclavitud para el trabajo de
las minas, lo que finalmente se estableció, por el agotamiento de las minas y
su abandono, mediando el despojo de las tierras o territorios pertenecientes a
los ayllus o comunidades, fue un régimen feudal conformándose así una clase
terrateniente, aristocrática, rentista que vivía del trabajo servil del
indígena, sea que estuviera en sus tierras o que permaneciera dentro de la
comunidades que la feudalidad dejó sobrevivientes.
El dualismo
en el terreno económico social, en su origen, constituye la coexistencia dentro
de la feudalidad de un régimen comunitario característico del agrarismo y
comunismo indígena. La dualidad se manifiesta en este momento como la
explotación del indio y el sometimiento de su cultura y organización a la
voluntad de los conquistadores que se hicieron del dominio de sus tierras y
hombres. En este sentido, debemos reconocer que dentro de la dualidad histórica
cuyo origen se encuentra en la conquista y colonialismo español tiene lugar,
además, el problema del indio, de su cultura, de su estrecho vínculo con la
tierra y de su colectivismo.
c) Asociado a lo
anterior, esto es, al problema del indio, cabe recordar que el conquistador
español, bajo el pretexto de la
inferioridad racial del indígena, estableció un régimen de castas donde estos,
bajo una existencia extrasocial, estaban por entero al servicio del aristócrata
de raza blanca, español, al mismo que le debían todo tipo de obligaciones a
cambio de su “protección”.
En resumen,
el dualismo como problema histórico, surgido dentro del proceso de conquista y
colonialismo así como responde a las exigencias e intereses de una potencia
extranjera que impone una economía acorde a sus necesidades y la mentalidad
feudal, aristocrática de los conquistadores-colonizadores, de otra parte se
caracteriza por el sometimiento de la cultura y civilización preexistente en
los territorios y hombres que conquista, la cultura indígena. Ello explicaría
la coexistencia, bajo las relaciones que establece el colonizador, entre la
feudalidad colonial y el problema del indio.
Lo expresado
sobre el dualismo como cuestión o problema histórico, en nada escapa al hecho
económico examinado por Mariátegui, quien pronunciándose sobre esta cuestión
llama la atención sobre los problemas de la conquista y del indio, inseparables
bajo el concepto del dualismo del que él mismo da cuenta en sus diversos
ensayos y trabajos sobre la realidad peruana:
No es posible comprender la realidad peruana sin buscar y sin mirar
el hecho económico. La nueva generación no lo sabe, tal vez, de un modo muy
exacto. Pero lo siente de un modo muy enérgico. Se da cuenta de que el
problema fundamental del Perú, que es el del indio y de la tierra, es ante todo
un problema de la economía peruana. La actual economía, la actual sociedad
peruana tienen el pecado original de la conquista. El pecado de haber nacido
y haberse formado sin el indio y contra el indio (los subrayados son míos)[xv].
[i]
En efecto, Germaná, luego
de “interpretar” lo que el Amauta sostuvo al respecto, afirma que desde su
“punto de vista no se puede hablar de una interpretación dualista del Perú por
parte de Mariátegui” y, del mismo modo, aunque con diferentes palabras, Aníbal
Quijano manifiesta que “Mariátegui no postulaba ningún dualismo, sino al
contrario”. Véanse. las entrevistas que Roland FORGUES (1993) les hace y
publica en su libro: Perú. Entre el Desafío de la Violencia y el Sueño de lo
Posible. Lima. Edit. Minerva. Págs. 112 y 298 respectivamente. Asimismo,
CAFFERATA, Alfredo. 2017. Artículo de fecha 6/07/17, “Mariátegui, el Dualismo
de la Sociedad Peruana y el Anacronismo Histórico en Germaná y Quijano”. Blog: Cátedra Libre de Sociología, Política y
Derecho”. Consulta: 22/09/17. <http://catedralibredesociologia.blogspot.pe/
>.
[ii]
MARIÁTEGUI, José Carlos. 1957. Quinta Edición. “Esquema de la Evolución
Económica”. En: 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana. Lima. Edit.
Amauta. Pág. 18...
[iii]
FLORES. Alberto. 1988. “Socialismo y Problema Nacional en el Perú”. En: Tiempo de Plagas. Ediciones El Caballo
Rojo. Págs. 44-56.
[iv]
Sobre la cuestión del método y la tesis de la dualidad en Mariátegui, véase:
FORGUES, Roland. 1995. “La Experiencia Europea y su Proyección Americana” y
“Peruanidad y Nacionalidad”. En: Mariátegui.
La Utopía Realizable. Lima. Edit. Amauta. Págs. 15-37 y 41-76.
[v]
MARIÁTEGUI, J.C. 1974. “La Tentativa Revisionista de “Más allá del Marxismo””.
En: Defensa del Marxismo”. Lima. Edit. Amauta. Págs.
25-30
[vi]
MARIÁTEGUI, J.C. 1957. Óp. Cit. Págs. 22-23.
[vii]
Ídem. Págs. 16-19
[viii]
Ídem. Pág. 18.
[ix]
Mariátegui al distinguir la costa de la sierra, “en el Perú lo único que se
halla bien definido es la naturaleza”, expresa que “la dualidad de la historia
peruana y del alma periuanas en nuestra época, se precisa como un conflicto
entre la forma histórica que se elabora en la costa y el sentimiento indígena
que sobrevive en la sierra hondamente enraizado en la naturaleza. El Perú
actual es una formación costeña. La actual Peruanidad se ha sedimentado en la
tierra baja.” MARIÁTEGUI, J.C. 1957. “Regionalismo y Centralismo” Óp. Cit. Pág.
177
[x]
Citado por Roland FORGUES: Óp. Cit. Pág. 41
[xi]
Ídem. Págs. 41-42.
[xii]
Citado por FORGUES. Ídem. Pág. 42
[xiii]
MARIÁTEGUI, J.C. 1957. “Esquema de la Evolución Económica”. Óp. Cit. Pág.10
[xiv]
Sobre el régimen de castas véase: MARIÁTEGUI, J.C. “El Problema de la Tierra”.
Óp. Cit. Pág.57 y acerca de cómo la explotación del oro y la plata lleva a los
españoles a instalarse en la sierra, véase: Ídem. Pág. 11. Sobre el régimen de
castas véase: MARIÁTEGUI, J.C. “El Problema de la Tierra”. Óp. Cit. Pág.57.
[xv]
MARIÁTEGUI, J.C. 1986. “El hecho
económico en la historia peruana” Publicado en la revista Mundial, Lima
14/8/1925. En: Peruanicemos el Perú. Tomo 11. (11a Edición). Págs. 79-83.
Consulta, 09/07/2017. <http://www.archivochile.com/Ideas_Autores/mariategui_jc/s/Tomo11.pdf