jueves, 3 de septiembre de 2015

LORETO: ¿REGIONALISMO VS CENTRALISMO?

LORETO: ¿REGIONALISMO VS CENTRALISMO?
“[…, hay necesidad de recuperar la descentralización como un “derecho a decidir”, como el irrenunciable derecho de los pueblos del Perú a diseñar, definir e invertir en sus propios requerimientos económicos y sociales, sin necesidad de esperar la visita del Presidente de la República o de algún Ministro de Estado, ni de sentirse obligados a recurrir a la intermediación, decisión, opinión y voluntad emanada del Gobierno central.”[1]

Antecedentes de las contradicciones entre la Región Loreto y el Gobierno Central

Como observador de lo que ocurre en el país y en particular de lo que afecta a la Región Loreto, no puedo dejar de pronunciarme sobre la coyuntura por la cual, bajo un liderazgo compartido con las federaciones de las comunidades nativas ubicadas en las cuencas de los ríos Tigre, Marañón, Patazca y Corrientes y con algunas organizaciones de la sociedad civil de Iquitos (Frente Patriótico de Loreto), el Gobierno Regional  viene enfrentando una muy compleja y necesaria batalla contra el exacerbado centralismo político de que hace gala el Gobierno Central a propósito del fracasado proceso de licitación del lote petrolero 192.

En ese contexto, conviene precisarlo, desde buen tiempo atrás los pueblos indígenas de las cuatro cuencas antes mencionadas, demandaron que antes que ocurra una nueva licitación, al terminar el contrato con la empresa Pluspetrol, debiera llevarse a cabo un proceso de consulta previa a fin de llegar a acuerdos que, en lo fundamental, permitieran resolver los graves problemas de contaminación que la aludida empresa se ha negado a remediar en los últimos 14 años y, a su vez, llevar a cabo planes que hagan viable su desarrollo[2].

Pues bien, el Gobierno Regional, desde que se inició la gestión del Sr. Fernando Meléndez, en enero de este año, demandó que se atendieran los reclamos de las comunidades nativas, los mismos que se encuentran amparados por la Constitución y el Convenio 169 vigente desde el año 1995. El Gobierno Central, presidido por el Comandante Ollanta Humala, no solo empezó tardíamente el proceso de consulta el mismo que se ejecutaba paralelamente a la licitación pública del Lote 192  - ya no era una consulta previa como manda la normatividad vigente-, sino que además, unilateralmente cerró el diálogo para hacer un trato  directo e inmediato con una de las empresas transnacionales que había participado de la licitación.

En ese sentido, el Gobierno Central desconoció los derechos de los pueblos indígenas de la amazonía afectados por las actividades petroleras de Pluspetrol en el Lote 192 y se mostró incompetente o débil para hacer cumplir los compromisos ambientales de la empresa pero, además, tomó decisiones   sobre los problemas de desarrollo de la Región sin considerar las competencias que en este aspecto tienen las autoridades regionales, representantes legítimos  de los ciudadanos de Loreto.

El centralismo político redefinido y la crisis regional en Loreto

Esta conducta del Gobierno Central ha puesto de manifiesto la supervivencia y fortaleza del viejo centralismo político que sin tener en cuenta los derechos humanos de la población especialmente indígena, el valor de la pluriculturalidad y la biodiversidad amazónica, somete, a su vez, a sus particulares designios el poder político de la región.  

Pero este problema, agudizado por el corte intempestivo del proceso de consulta antes de aprobarse un nuevo contrato para la explotación petrolera en el Lote 192 se ha dado en un contexto en el que el Gobierno Central, habiendo convertido el canon petrolero en la principal fuente de ingreso del presupuesto regional, hoy con la caída de los precios del petróleo, ha sufrido tal merma que la posibilidad de remontar los graves problemas de desarrollo que aún afectan a la Región se han tornado sumamente críticas, más aún, si se considera que la formulación, aprobación y control de la ejecución presupuestal de los Gobiernos Regionales está sujeta a las decisiones que, arbitrariamente, se toman desde el Gobierno Central[3].

Frente a esta situación el Gobierno Regional, contrariando la política económica del Gobierno Central en materia de la explotación de los recursos naturales de la selva loretana, ha demandado que en lugar de que las utilidades de la explotación del petróleo se los lleve una empresa transnacional, estas más bien, via la explotación de los recursos del Lote 192 por Petro-Perú, se queden en el Perú y en la Región. De este modo se lograría – supuestamente - un mayor ingreso para la Región participando, no solo del canon, sino también de las utilidades de la explotación petrolera.

Esto ha producido un mayor enfrentamiento con el gobierno central que con su política neoliberal y centralista en materia de explotación de los recursos naturales, pretende impedir que el petróleo, la mayor fuente de riqueza de Loreto, sea, a su vez, la palanca financiera que contribuya a resolver las necesidades vitales de la población, promueva una mayor educación que incentive el desarrollo tecnológico y cultural y que goce, democráticamente, de la libertad de definir e impulsar, con la sabiduría de los pueblos indígenas, el desarrollo sostenible de la amazonía.

Es difícil saber cuál será el final de esta confrontación entre el Gobierno central y el gobierno regional de Loreto. Probablemente y por razones de la forma en que esto puede afectar “mercado electoral” con vista a las próximas elecciones, el Congreso rectifique su posición última y de “luz verde” al proyecto de Ley que habilita a la empresa petrolera del Estado para que se haga cargo del Lote 192 y se abra una vía que, mediante las vías democráticas resuelva tanto el problema de las comunidades nativas que se encuentran afectadas por la actividad petrolera como los problemas de financiamiento que tiene Loreto para desarrollar sus potencialidades más allá de la explotación del petróleo.

Por lo expuesto, entendiendo que la defensa y protección de los derechos humanos, en este caso de los pueblos indígenas y de que el centralismo es un obstáculo al desarrollo democrático de los pueblos, expreso mi solidaridad con este movimiento y hago votos porque esta coyuntura marque el comienzo de un movimiento que, desde las regiones, con una sólida alianza de los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil, se pueda avanzar en un modelo que renueve las posiciones federalistas que distribuyendo el poder político a las Regiones, como ya ocurre en otros países, lejos de romper el carácter unitario del Estado, más bien robustece la democracia y nos pone más cerca del sueño de Jorge Basadre, José María Arguedas y José Carlos Mariátegui para hacer del Perú una nación  plural unida en la diversidad.



NOTA DE ÚLTIMA HORA: Publicado este artículo se conoció la noticia de que el Congreso había aprobado una ley que autorizaba a Petro-Perú para que se haga cargo del Lote Petrolero 192. De inmediato la Ministra de Energía y Minas ha anunciado que esta Ley es inconstitucional y que no puede ser promulgada pues atenta contra el  Contrato ya suscrito con la empresa Pacific Exploration & Production Corporation.

Paralelamente se conoce de enfrentamientos en la zona donde se han posicionado los pueblos indígenas, mientras la policía se muestra impotente para contener la creciente inseguridad ciudadana y, al parecer, la suscripción de un contrato no previsto y cuestionable social, jurídica y políticamente, hace recordar –por supuesto en otro contexto- el final que tuvo el primer gobierno de Belaúnde con el caso de la página 11 y los tratos con la Internacional Petroleum Company.

Creo que asistimos a la descomposición del régimen, el gobierno ha perdido el control de la representación parlamentaria, el Congreso o los congresistas defienden sus apetitos electorales por encima de cualquier otra cuestión, los medios represivos del Estado se encuentran impotentes frente al aumento de la delincuencia y su agresividad y, para colmo de males, la pareja presidencial está más preocupada por liberarse de las sospechas de haber manejado dinero ílicito, antes que poner en orden a su bancada y sus Ministros.

No sabemos que pueda venir luego, pero definitivamente, la sociedad civil y sus organizaciones deberán trabajar muy duro para evitar un desenlace que nos conduzca hacia posiciones extremas que terminen por liquidar los pocos espacios democráticos que aún nos quedan.               
 






                  

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[1] Véase: PLANAS, Pedro.2001. Manual del Buen Descentralista. Lima. Edit. Nuevo Norte. Pág. 55,
[2] Véase al respecto, en este mismo blog, el artículo “Los derechos fundamentales de las comunidades nativas, los intereses de Pluspetrol y “el diálogo de mala fe” publicado el 23 de febrero de 2015.      
[3]  A modo de ilustración valga indicar que conforme a los “lineamientos del Gobierno Central” para el presupuesto de las regiones, este viene haciendo una gran movilización de recursos y de capital para atender los riesgos del fenómeno de “El Niño” en los departamentos de Tumbes, Piura y Lambayeque principalmente, pero no ha desarrollado esa misma disposición para atender las heladas de la sierra sur del país que se repiten cada año afectando a las familias más pobres de esa zona y,  en el caso de la Selva Loretana, frente al cambio climático en proceso y los efectos negativos que se producen por las modificaciones en la duración de la vaciante y creciente de los ríos, no se ha fijado una sola partida o un programa que permita perfilar los proyectos que se requieren para contrarrestar los efectos del fenómeno climático sobre la flora y fauna de la selva y asimismo sobre los sistemas de vida de la población más pobre de la región..