martes, 12 de marzo de 2013

EL ODIO AL PRESIDENTE HUGO CHAVEZ

La muerte del Presidente Hugo Chávez de Venezuela es un acontecimiento internacional. En ese nivel y dentro de nuestro país este hecho ha desatado un sinnúmero de comentarios que, junto a aquellos que deifican su figura, hay otros que con los más duros calificativos se alegran por su muerte. Esto ha despertado la inquietud de una joven colega que me pregunta ¿por qué la muerte de un líder político como Hugo Chávez despierta tanto odio?

No pude dar una respuesta inmediata y habiendo quedado con el encargo de reflexionar sobre este asunto en CÁTEDRA LIBRE no encontré mejor fuente de apoyo que la que proporciona Thomas Hobbes en el Leviatán.  Partiendo de este punto de vista, esto es que la humanidad tiende, por desconfianza, a vivir en un estado permanente de guerra, de sometimiento de unos otros mediante la violencia[1] considero que lo que sigue ayuda a dar una respuesta objetiva a las razones por las que la muerte del Presidente Venezolano ha dado lugar a las aludidas expresiones de odio.

El liderazgo de Hugo Chávez y su principal enemigo

Partiendo del liderazgo internacional que alcanzó el Presidente Chávez en el desarrollo de una corriente especialmente en contra de la política exterior de EEUU , me atrevo a sostener que el odio hacia el ex Presidente Venezolano es producto de la forma en que enfrentó a EEUU país que se caracteriza por la forma en que - incluida la guerra o invasión a otros países - extiende y demuestra al mundo su extraordinario poder económico, político y militar y su desprecio por la libertad y derecho de otras naciones.

Téngase en cuenta que gran parte de las guerras y la violencia que hoy se desarrolla en el mundo, sin que las Naciones Unidas puedan hacer efectivas las reglas del Derecho Internacional, se deben a las políticas de EEUU por extender su dominio y el de sus aliados a zonas que estratégicamente pueden afectar su desarrollo.

Esto acreciente su poder en todos los sentidos, pero a la vez -siguiendo el razonamiento de Hobbes- provoca que mientras unos países buscan, con fines de preservación, ser aliados de esta potencia, otros en cambio solos o tejiendo alianzas estratégicas lo enfrentan como medio de defensa.

En el caso del Gobierno de Hugo Chávez este no solo actuó agresivamente contra EEUU y sus aliados, sino que promovió en América Latina un movimiento defensista frente al coloso norteamericano, cuestión que lo colocó como enemigo declarado de esta potencia. En estas circunstancias, el odio hacia la persona de Hugo Chávez ha sido alimentado por quienes políticamente se sienten amigos de EEUU y enemigos de quienes atacan a esta potencia, entre ellos Hugo Chávez.

Otras razones para odiar a Chávez

Lo expuesto, siguiendo el razonamiento de Hobbes, es insuficiente para explicar el odio que se centró y expresó políticamente en la figura del líder Venezolano. Las posiciones políticas de Hugo Chávez cuestionaban y ponían en riesgo la estabilidad y el desarrollo de las políticas neoliberales en las que EEUU tiene claro liderazgo, de manera que aun cuando muchos no se consideren protegidos o aliados de esta potencia, el solo hecho de sentirse amenazados en la estabilidad o los beneficios económicos obtenidos por aquellas políticas los impulsa a sentirse enemigos de un liderazgo que ponía en entredicho lo que venían logrando. 

Por otra parte y en un contexto donde los supuestos “anti” y “pro” tienden a ocupar buena parte del espacio político, el liderazgo de Hugo Chávez ha significado también una posición dura frente a las debilidades o a la insuficiencia de las democracias latinoamericanas para resolver los agudos problemas que surgen de las diferencias y conflictos sociales y culturales que han sido agudizadas por las políticas que sobre todo han prevalecido en la explotación de recursos naturales.

En esta situación, amenazadas las concepciones conservadoras sobre la democracia y la política económica, quienes prefieren el statu quo antes que cualquier reforma política que ponga en riesgo sus intereses materiales han considerado que Chávez no solo es enemigo de EEUU y sus aliados, es enemigo también del neoliberalismo y de la democracia, es un antisistema y, bajo estas consideraciones su muerte les ha producido una sensación de alivio que se confunde con la preocupación por lo que ocurrirá y con el odio que su liderazgo despertó entre estos mucho antes de su anunciada desaparición.

Limitaciones de la respuesta  

No comparto plenamente la perspectiva política de Hobbes sobre todo en lo que respecta a su manera de ver o comprender la naturaleza humana. El mundo contemporáneo no solo tiene claros ejemplos de intolerancia, de contradicciones que conducen a los pueblos a todos los extremos de la guerra con los medios más sofisticados de eliminación, también tiene ejemplos de liderazgos que, movilizando a sus pueblos buscan que la libertad y la igualdad sean, como en sus orígenes, ideales revolucionarios que se conjugan en una democracia política y económica que demanda justicia, justicia social.

En este sentido, así como pueden haber expresiones de odio hacia Chávez, bajos otras formas de ver la política y los cambios que se deben dar en el mundo, hay quienes no ven en Chávez un enemigo, que más bien tratan de comprender lo que hay detrás de su liderazgo para emprender por diferentes caminos, ese viejo anhelo porque el Estado genere las condiciones de igualdad que hagan posible que la libertad se centre fundamentalmente en los poderes de una minoría.


[1] Dice Hobbes en el LEVIATAN: “De la desconfianza, la guerra. Dada esta situación de desconfianza mutua, ningún procedimiento tan razonable existe para que un hombre se proteja a sí mismo, como la anticipación, es decir, el dominar por medio de la fuerza o por la astucia a todos los hombres que pueda, durante el tiempo preciso, hasta que ningún otro poder sea capaz de amenazarle. Esto no es otra cosa sino lo que requiere su propia conservación, y es generalmente permitido. Como algunos se complacen en contemplar su propio poder en los actos de conquista, prosiguiéndolos más allá de lo que su seguridad requiere, otros, que en diferentes circunstancias serían felices manteniéndose dentro de límites modestos, si no aumentan su fuerza por medio de la invasión, no podrán subsistir, durante mucho tiempo, si se sitúan solamente en plan defensivo. Por consiguiente siendo necesario, para la conservación de un hombre aumentar su dominio sobre los semejantes, se le debe permitir también.”
En:  http://eltalondeaquiles.pucp.edu.pe/sites/eltalondeaquiles.pucp.edu.pe/files/Hobbes_-_Leviatan.pdf